Presentación de «Alacant i la seua gent» en Alicante
Durante más de cinco años, entre el 2000 y el 2006, el periódico INFORMACIÓN acogió en sus páginas dominicales una sección diferente que se tituló «Pretèrit Imperfet». Los textos del historiador Emili Soler y las excelentes iluestraciones del pintor Pepe Azorín, recientemente galardonado con el Importante de este diario, brindaron a sus lectores la posibilidad de contemplar como nos vieron los diferentes viajeros y viajeras que se pasearon por nuestra provincia. unos viandantes que nos dejaron una visión crítica y amable, sesgada y llena de ditirambos, tan real como irreal, sobre nuestra gente, nuestro clima o nuestra idiosincrasia a través de la historia, que no era poco.
A lo largo de estas más de doscientas cincuenta crónicas (aquí solamente hay poco más de cien, no os asustéis), personajes propios y foráneos dejaron su huella sobre una provincia muy poco visitada hasta el siglo XIX, especialmente por escritores famosos.
Fragmento traducido del prólogo de Juan R- Gil en Alacant i la seua gent
Pero el que si recordaba perfectamente el poeta era su infancia en el Salt alcoyano. Su famoso Breviarium vitae, fiel recopilación de su manía de escribir todos los días, era una cosa que empezó, como él mismo señala, a guisa de prólogo, durante su estancia en la capital mejicana, tarea voluntaria diaria que ya nunca abandonaría: «anotacions desiguals de grandària i color, unes resoltes en una sola línia, algunes en diverses pàgines. I que jo aconsellaria no llegir d’una tirada i ni tan sols en l’rdre en què estan: més aviat a l’azar». Bien, aquí va una pequeña parte de los recuerdos de sus estancias de verano en la finca familiar del Salt, la misma donde vuelve a brotar la fuente que se desprende de la montaña cada vez que las lluvias arrecian en la comarca alcoyana: «Les meues breus terres estan estretament escalonades i separades entre si per rústics murs de pedra col·locats els uns sobre els altres sense gens d’argamassa que els lligue, confiant tan sols en la gravitació del seu propi pes».
Fragmento traducido de la crónica «Quan Joan Gil-Albert estiuejava al Salt» en Alacant i la seua gent
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